Turin Brakes

Desde Balham al circuito indie británico
La historia de Turin Brakes arranca en Balham, al sur de Londres, donde Ollie Knights y Gale Paridjanian crecieron compartiendo discos, guitarras acústicas y una sensibilidad melódica poco común. Amigos desde la infancia, pasaron buena parte de los noventa escribiendo canciones juntos, grabando maquetas caseras y probando suerte en pequeños escenarios locales.
En aquellos primeros años, su música no encajaba fácilmente con el britpop dominante ni con el revival garagero que asomaba. A cambio, proponían un sonido más introspectivo y orgánico, influenciado por el folk estadounidense de los setenta, el soul y ciertas atmósferas cinematográficas. Esa mezcla los emparentaba más con lo que luego se conocería como la escena «new acoustic movement«, aunque ellos nunca se sintieron parte de una etiqueta tan específica.
Fue en 1999 cuando comenzaron a usar el nombre Turin Brakes y grabaron un primer EP casero. Aquel lanzamiento, autoproducido y limitado, circuló sobre todo en tiendas independientes de vinilos, pero despertó el interés de la crítica especializada y sellos como Source, subsidiaria de EMI. La respuesta positiva los animó a grabar un segundo EP, ya con mayor respaldo y distribución.
Ese primer impulso los llevó finalmente a firmar con Source Records y grabar su debut oficial. Sin saberlo, estaban por lanzar uno de los discos más celebrados del folk alternativo británico de comienzos de siglo.
El debut que los catapultó
Cuando Turin Brakes entró al estudio Konk en Londres acompañados por su propio sello, Source Records, en 2001 estaba trazando su primer gran paso en el circuito indie. El resultado fue The Optimist LP, un álbum que desdobla melodías íntimas y letras reflexivas en paisajes acústicos envolventes.
Allí, Olly Knights y Gale Paridjanian produjeron cada canción junto a su banda en estudio, lanzando oficialmente el 5 de marzo de 2001 bajo Source (y en EE. UU. por Astralwerks). El álbum incluyó regrabaciones de temas de sus EP previos como “The Door” y “The Road”.
La acogida fue excelente. La prensa británica los saludó como una bocanada de aire fresco, comparándolos con bandas como Coldplay por su sensibilidad melódica y su densidad emocional. Metacritic reflejó esa aceptación con una puntuación de 76 sobre 100, señal de críticas generalmente favorables.
En cuanto a su rendimiento comercial, el álbum alcanzó el puesto 27 en la lista del Reino Unido y se certificó disco de oro por la British Phonographic Industry en agosto de 2001. Además, fue nominado al prestigioso Mercury Music Prize ese mismo año.
Para la joven dupla, The Optimist LP fue mucho más que un debut: fue una declaración de principios. Su sonido combinaba guitarra acústica, arreglos de cuerdas y dos voces complementarias que establecieron una identidad propia dentro del folk-rock británico emergente. Es precisamente ese equilibrio entre intimidad y dramatismo lo que los conectó con un público fiel y con una crítica que valoró su madurez desde los primeros acordes.
Cuando dieron un salto eléctrico
Después del impacto íntimo de The Optimist LP, Turin Brakes regresó al estudio con un sonido más ambicioso. A finales de 2002 viajaron a Los Ángeles para trabajar con el productor Tony Hoffer, conocido por su colaboración con bandas como Beck y Phoenix. Este encuentro marcó un punto de inflexión: en lugar del minimalismo acústico, apostaron por guitarras eléctricas, un pulso más dinámico y texturas pop más firmes.
Esa evolución cristalizó en Ether Song, lanzado el 3 de marzo de 2003 por Source Records. El álbum debutó en el puesto n.º 4 del UK Albums Chart y obtuvo certificación de disco de oro apenas cuatro días después de su salida.
El primer single, “Long Distance”, salió en octubre de 2002 y llegó al puesto n.º 22 en el Reino Unido, anticipando el nuevo enfoque del grupo. Pero fue “Pain Killer (Summer Rain)”, publicado el 17 de febrero de 2003 y también producido por Hoffer, el que les brindó su primer gran hit: debutó en el n.º 5 del UK Singles Chart, consolidando un salto real hacia el pop contundente.
La prensa reaccionó con interés: Drowned in Sound lo consideró “un gran disco pop” aunque advertía que las expectativas siempre lo superan; igualmente fue celebrado como un paso creíble hacia un sonido más expansivo. El álbum proyectó a Turin Brakes como un grupo de mayor ambición sonora, sin perder la esencia melódica que los definía.
Con Ether Song ya no sonaban como un dúo lo-fi, sino como una banda consolidada y capaz de transitar entre lo orgánico y lo vibrante sin perder autenticidad.
Un verano luminoso
Con el viaje a Estados Unidos dejándoles claro lo lejos que podían llegar, Turin Brakes decidió grabar en su propio estudio en Brixton durante 2004, produciendo sus propias canciones sin intermediarios. Así nació JackInABox, publicado el 30 de mayo de 2005 por Source Records, con edición en EE. UU. a cargo de Astralwerks.
Apenas salió, el álbum debutó en el n.º 9 del UK Albums Chart y generó una certificación de Silver por la BPI el 10 de junio. Aunque el primer single “Fishing for a Dream” apenas alcanzó el n.º 35, el segundo, “Over and Over”, y el tema “Red Moon” captaron mejor la atención, consolidando su solidez como compositores en directo y en estudio.
En su reseña, Pitchfork apuntó que el disco invita a disfrutar el verano sin disculpas, con melodías de espíritu “Simon & Garfunkel”, aunque lamentó cierta monotonía en las canciones menos memorables como “Forever” y “Above the Clouds”. Por su parte, Treble celebró el salto estilístico hacia sonidos más soleados y diversos —desde funk ligero a country pop—, destacando el brillo de curvas narrativas como “They Can’t Buy The Sunshine” y “Red Moon”.
Con JackInABox, Turin Brakes dejaron atrás el folk introspectivo de sus inicios para abrazar una paleta sonora más expansiva, alegre y atrevida. Aun así, nunca perdieron esa impronta melódica sincera que los había definido desde el primer día.
El pulso eléctrico que rompió moldes
Turin Brakes volvió al estudio con una ambición renovada. En 2006 ensayaron y probaron nuevos temas en vivo. Con el pulso del público como termómetro, la banda se encerró en varios estudios de Londres en los primeros meses de 2007 junto al productor Ethan Johns, conocido por su trabajo con Ryan Adams y Kings of Leon.
El resultado emergió como Dark on Fire, publicado el 17 de septiembre de 2007 por Source. A diferencia de grabaciones más pulidas en estudio, el disco capturó la intensidad del directo: muchas canciones se grabaron casi sobre el escenario del estudio, apostando a un sonido vivo y expansivo.
Ese álbum desembarcó en el n.º 36 del UK Albums Chart, donde permaneció solo dos semanas escasas dentro del Top 75. Salió sin grandes singles en formato físico: “Stalker” y “Something in My Eye” se lanzaron solo en digital, y ninguno impactó significativamente en la lista de singles.
Criticamente, Dark on Fire recibió reseñas mixtas. Pitchfork celebró que confirmaba la ruptura con su perfil inicial acústico y reconocía su evolución hacia un sonido de banda más fuerte, aunque criticó la calidad de algunas letras y la escasa voz de los músicos de apoyo. Aun así, valoró melodías fácilmente reconocibles y momentos intensos como “Last Chance” y “Something in My Eye”.
En resumen, «Dark on Fire» marcó un punto decisivo en su trayectoria: selló su transición del dúo folk introspectivo a una banda que explora texturas más amplias y un sonido más directo, sin perder del todo esa vocación melódica que los definió desde el principio.
La reinvención independiente
Después de varios años navegando la presión de grandes sellos, Turin Brakes decidió tomar las riendas creativas en propias manos. Así nació Outbursts, un álbum lanzado el 1 de marzo de 2010, ya bajo el sello Cooking Vinyl, con producción íntegra del dúo conformado por Olly Knights y Gale Paridjanian.
Este quinto álbum recupera el pulso acústico de su debut, sin renunciar a ambiciones introspectivas. Abre con “Sea Change”, un single cargado de tensión y paisajes sonoros expansivos que anticipa un regreso a lo emocionalmente crudo. En palabras de la crítica, supone un Turin Brakes más libre y bombástico, sin olvidar sus raíces folk.
A nivel comercial, Outbursts alcanzó el n.º 64 en el UK Albums Chart y se mantuvo una sola semana en las listas principales, aunque llegó al n.º 6 en el ranking de álbumes independientes. En reseñas, se resaltó la honestidad pero se criticaron algunas letras confusas, mientras que otros medios elogiaron su sonido setentoso, casi country-rock, y señalaron que representaba a una banda revitalizada y dueña de su camino.
Rob Allum (batería) y Eddie Myer (bajo), aunque comenzaron como colaboradores en giras y sesiones de estudio, se convirtieron en piezas clave del sonido y la identidad del grupo desde los primeros años. Desde 1999, ambos estuvieron presentes como integrantes en directo y en grabaciones, hasta que con el tiempo pasaron de ser acompañantes a formar parte oficialmente del cuarteto junto a Olly Knights y Gale Paridjanian. Esa formación se consolidó plenamente y permanece vigente desde entonces.
Una madurez en calma
Después de reinventarse con Outbursts, Turin Brakes decidió celebrar su solidez creativa produciéndose a sí mismos junto al ingeniero Ali Staton. Grabaron en los legendarios Rockfield Studios en Gales, un estudio con historia de grandes bandas, y estrenaron We Were Here el 30 de septiembre de 2013 bajo el sello Cooking Vinyl.
Este sexto álbum afronta una mezcla de introspección y pulso pop más relajado. Canciones como “Time and Money” y la emotiva “Blindsided Again” destacan la honestidad de Olly Knights y Gale Paridjanian, así como una construcción melódica que remite a sus raíces folk con pinceladas más maduras. La prensa lo consideró su mejor disco desde JackInABox, elogiando su riqueza de arreglos y hooks bien definidos.
We Were Here debutó en el Top 100 del UK Albums Chart y compartió la producción con Staton, aportando una claridad sonora notable y armonías resonantes. Los medios británicos resaltaron el equilibrio entre canciones expresivas como “Dear Dad” con su aire nostálgico y atmósferas más densas en “In Between” o “Part of the World”.
El álbum sonó a Turin Brakes con esa mezcla de folk-pop melancólico y ejecución impecable: un trabajo reconocible pero nunca ordinario.
Una reinvención melódica
En 2016, Turin Brakes regresaron con Lost Property, su séptimo álbum de estudio, lanzado el 29 de enero de 2016 bajo el sello Cooking Vinyl. El disco fue grabado en los legendarios Rockfield Studios en Gales, con la producción a cargo del propio dúo, Olly Knights y Gale Paridjanian, junto al ingeniero Ali Staton.
Este álbum marcó una evolución en su sonido, incorporando elementos más orquestales y una mayor complejidad en las composiciones. Canciones como “96” y “Keep Me Around” destacaron por sus arreglos sofisticados y una producción más pulida, mientras que temas como “Save You” mostraron una faceta más emocional y expansiva de la banda.
A nivel comercial, Lost Property debutó en el n.º 31 del UK Albums Chart, consolidando su posición en la escena musical británica. La crítica especializada recibió el álbum con entusiasmo, destacando su capacidad para combinar la esencia de sus trabajos anteriores con nuevas influencias y sonidos.
En resumen, Lost Property representó una etapa de madurez y experimentación para Turin Brakes, reafirmando su lugar en la música británica contemporánea y mostrando su disposición a explorar nuevos territorios sonoros sin perder su identidad.
Exploración sonora profunda
En 2018, Turin Brakes regresaron con Invisible Storm, su octavo álbum de estudio, lanzado el 26 de enero de 2018 bajo el sello Cooking Vinyl. El disco fue grabado en los legendarios Rockfield Studios en Gales, con la producción a cargo del propio dúo, Olly Knights y Gale Paridjanian, junto al ingeniero Ali Staton.
Este álbum marcó una evolución en su sonido, incorporando elementos más orquestales y una mayor complejidad en las composiciones. Canciones como “Would You Be Mine” y “Wait” destacaron por sus arreglos sofisticados y una producción más pulida, mientras que temas como “Deep Sea Diver” mostraron una faceta más emocional y expansiva de la banda.
A nivel comercial, Invisible Storm debutó en el n.º 22 del UK Albums Chart, consolidando su posición en la escena musical británica. La crítica especializada recibió el álbum con entusiasmo, destacando su capacidad para combinar la esencia de sus trabajos anteriores con nuevas influencias y sonidos.
En resumen, Invisible Storm representó una etapa de madurez y experimentación para Turin Brakes, reafirmando su lugar en la música británica contemporánea y mostrando su disposición a explorar nuevos territorios sonoros sin perder su identidad.
Regreso íntimo y reflexivo
En 2022, Turin Brakes regresaron con Wide-Eyed Nowhere, su noveno álbum de estudio, lanzado el 16 de septiembre de 2022 bajo el sello Cooking Vinyl. El disco fue grabado en el estudio casero de Olly Knights en Tooting, Londres, durante la pandemia de COVID-19, lo que permitió a la banda explorar un enfoque más introspectivo y personal en su música.
Este álbum presenta una colección de 11 canciones que combinan elementos de folk, indie rock y pop, con una producción más sencilla y orgánica en comparación con sus trabajos anteriores. Temas como “When You’re Around”, “Up for Grabs” y “Isolation” destacan por sus letras sinceras y melodías envolventes.
A nivel comercial, Wide-Eyed Nowhere debutó en el n.º 78 del UK Albums Chart, reflejando una base de seguidores leal pero limitada. La crítica especializada recibió el álbum con entusiasmo, destacando su capacidad para combinar la esencia de sus trabajos anteriores con una nueva dirección sonora más madura y reflexiva.
En resumen, Wide-Eyed Nowhere representa una etapa de madurez y experimentación para Turin Brakes, reafirmando su lugar en la música británica contemporánea y mostrando su disposición a explorar nuevos territorios sonoros sin perder su identidad.
Viaje sonoro hacia nuevas dimensiones
En 2025, Turin Brakes regresaron con Spacehopper, su décimo álbum de estudio, lanzado el 23 de mayo de 2025 bajo el sello Cooking Vinyl. Este disco marcó un hito en la carrera de la banda, consolidándose como una de las propuestas más innovadoras y expansivas de su trayectoria.
La producción estuvo a cargo del galardonado Guy Massey, conocido por su trabajo con artistas como Paul McCartney y Elbow. La grabación tuvo lugar en los emblemáticos Konk Studios en Londres, un espacio con una rica historia musical que ha acogido a numerosas leyendas del rock británico.
Spacehopper presenta una colección de 11 canciones que exploran nuevos territorios sonoros, fusionando elementos de rock, electrónica y psicodelia. Temas como “Spacehopper”, “Etherish” y “Cosmic Dancer” destacan por sus arreglos innovadores y una producción detallista que invita al oyente a un viaje auditivo único.
A nivel comercial, el álbum debutó en el n.º 12 del UK Albums Chart, reflejando una recepción positiva tanto del público como de la crítica especializada. La crítica ha elogiado la capacidad de Turin Brakes para reinventarse, destacando su valentía al explorar nuevos sonidos sin perder su esencia.
En resumen, Spacehopper representa una etapa de madurez y experimentación para Turin Brakes, reafirmando su lugar en la música británica contemporánea y mostrando su disposición a explorar nuevos territorios sonoros sin perder su identidad.