Thirteen Senses

Desde Cornwall al debut discográfico
El germen de Thirteen Senses apareció en Penzance, un puerto de Cornwall, cuando cuatro jóvenes —Will South, Tom Welham, Adam Wilson y Brendon James— comenzaron a compartir canciones e influencias a comienzos de los años 2000. Su primera encarnación se llamó Soul Magician, con la que grabaron un EP titulado «Inside a Healing Mind« en 2002 bajo la producción de Leon Phillips. Ese trabajo circuló de manera muy limitada, pero marcó el inicio de un camino donde la melodía y la introspección serían marcas de identidad.
Ese mismo año el grupo decidió cambiar su nombre a Thirteen Senses, un movimiento que coincidió con una mayor ambición creativa. Su segundo EP, «No Other Life Is Attractive», contó con la producción de Dare Mason y ya mostraba una propuesta más definida, con un sonido que combinaba la épica del piano con arreglos de guitarra expansivos. El interés de la prensa local en Cornwall y del circuito independiente británico les permitió empezar a abrirse paso fuera de su lugar de origen.
En abril de 2003 el cuarteto editó de forma independiente «Falls in the Dark», un demo-álbum que funcionó como carta de presentación para sellos y medios. Grabado también con Dare Mason, el disco recogía versiones tempranas de canciones que más adelante formarían parte de su debut oficial. Con este material en circulación, Thirteen Senses logró atraer la atención de Vertigo Records, sello con el que firmarían poco después para dar el salto a la industria discográfica a gran escala.
El debut que llevó su sonido al mundo
Con el contrato firmado con Vertigo Records, Thirteen Senses entraron al estudio junto al productor Danton Supple para dar forma a su primer álbum oficial. Las sesiones consolidaron la mezcla de piano melódico y guitarras expansivas que ya asomaba en sus demos, pero con un pulido mucho más ambicioso. El resultado fue «The Invitation», publicado el 27 de septiembre de 2004, un trabajo que buscaba situarlos dentro de la escena británica post-Britpop con una identidad propia y de gran alcance atmosférico.
El disco alcanzó rápidamente notoriedad gracias a sus sencillos. “Do No Wrong” había servido como adelanto en mayo, pero fue con “Into the Fire” y sobre todo con “Thru the Glass” que la banda encontró un público más amplio. Las melodías cinematográficas y la voz emotiva de Will South conectaron con oyentes tanto en el Reino Unido como en el extranjero, al punto de que “Into the Fire” empezó a aparecer en series de televisión de gran difusión en Estados Unidos, lo que amplió su exposición internacional. El álbum llegó al puesto 14 de las listas británicas y vendió alrededor de 60.000 copias, lo que le valió una certificación Silver.
En cuanto a la recepción crítica, «The Invitation» recibió comentarios mixtos. Varios medios destacaron la amplitud sonora y la capacidad de crear paisajes emocionales con sencillos de fuerte gancho melódico, mientras que algunas reseñas apuntaban a que el conjunto podía extenderse en exceso. Aun así, el disco se consolidó como el punto de entrada de Thirteen Senses en la industria, y colocó a la banda de Cornwall en la misma conversación que otros grupos británicos que, a mediados de los 2000, buscaban renovar el pop-rock de guitarras con un toque más introspectivo y atmosférico.
Entre la ambición y la presión de la industria
Tras el éxito moderado de su debut, Thirteen Senses volvieron a trabajar con el productor Danton Supple para dar forma a su segundo álbum de estudio. El proceso se extendió más de lo previsto y el lanzamiento, originalmente anunciado para comienzos de 2007, se retrasó hasta el 2 de abril de ese año. Editado nuevamente a través de Vertigo Records y Mercury, «Contact» reflejó un intento de llevar su sonido hacia un terreno más amplio, con arreglos más oscuros y un enfoque en la densidad instrumental.
El disco tuvo como carta de presentación canciones como “All the Love in Your Hands” y “Follow Me”, que mostraban un pulso más dramático y expansivo que en su trabajo anterior. Sin embargo, el impacto en listas fue menor al esperado: el álbum alcanzó solo el puesto 76 en el UK Albums Chart, quedando lejos de la repercusión que había tenido «The Invitation». La recepción mediática también se dividió entre quienes valoraron la ambición de la banda y quienes señalaron la ausencia de un sencillo de la fuerza de “Thru the Glass”.
A pesar de ese escenario, «Contact» consolidó la reputación de Thirteen Senses como un grupo con identidad propia, dispuesto a evitar fórmulas y explorar atmósferas más intensas. El disco sirvió además como punto de inflexión en su trayectoria: el descenso en ventas y en apoyo promocional de las discográficas mayores llevó al cuarteto a repensar su camino, preparándose para asumir un control creativo más directo en los años siguientes.
Recuperando la independencia creativa
Después de un período de silencio discográfico, Thirteen Senses reaparecieron con un enfoque distinto y más autónomo. Tras los resultados discretos de «Contact», el grupo decidió tomar control total sobre su proceso creativo, alejándose de los grandes estudios y de la presión de un sello multinacional. El resultado fue «Crystal Sounds», publicado el 21 de febrero de 2011 bajo el sello independiente B-Sirius Records, con la propia banda a cargo de la producción. Esta decisión marcó un giro en su trayectoria, reflejando un deseo de recuperar libertad artística.
El disco mostraba un sonido más íntimo y artesanal, aunque sin abandonar la inclinación hacia los climas expansivos que habían definido su debut. Canciones como “The Loneliest Star” y “Home” fueron parte de la campaña promocional y mostraban a un grupo que buscaba equilibrar la sensibilidad melódica con una producción menos orientada al mainstream. El álbum alcanzó el puesto 70 en las listas británicas y llegó al número 11 del UK Independent Albums Chart, confirmando que, aunque habían perdido exposición masiva, mantenían una base de seguidores leales.
La recepción de «Crystal Sounds» fue más cálida en el circuito independiente que en la prensa generalista. Quienes lo destacaron subrayaron la sinceridad de su propuesta y el esfuerzo por reinventarse fuera del paraguas de las grandes discográficas. Para Thirteen Senses, este tercer álbum representó no solo un regreso tras cuatro años de silencio, sino también la consolidación de un camino más personal, donde las decisiones creativas primaban sobre la lógica comercial.
La introspección se hace sonido
Tres años después de «Crystal Sounds», Thirteen Senses regresaron con un nuevo trabajo que reafirmaba su voluntad de mantenerse fieles a un camino independiente. El álbum «A Strange Encounter» apareció el 5 de mayo de 2014 bajo el sello B-Sirius Records, nuevamente con la propia banda al mando de la producción. La obra se gestó en un contexto de menor exposición mediática, lo que les permitió trabajar sin las presiones de la industria y apostar por un sonido más reposado y atmosférico.
El disco se abría con la canción homónima “A Strange Encounter”, estableciendo desde el inicio un tono introspectivo y contemplativo. A lo largo de sus temas, el grupo exploraba pasajes más minimalistas, alejándose de la grandilocuencia de sus primeros trabajos. Las melodías mantenían la marca distintiva de Will South, pero esta vez con arreglos más contenidos y un carácter casi meditativo. La propuesta reflejaba a una banda en un proceso de maduración y de búsqueda personal más que en la carrera por volver a los listados comerciales.
La recepción crítica fue limitada, ya que el disco no contó con la misma difusión que sus lanzamientos iniciales. Sin embargo, quienes lo reseñaron destacaron su honestidad artística y el hecho de que, más allá de la pérdida de protagonismo en la escena británica, Thirteen Senses habían encontrado un espacio propio para continuar su obra con independencia. «A Strange Encounter» quedó así como el testimonio de una etapa de introspección y reafirmación, donde el cuarteto de Cornwall consolidaba su identidad lejos de la vorágine de la industria.
Regreso y expansión más allá del horizonte
En agosto de 2024 Thirteen Senses publicó «The Bound and the Infinite», su quinto álbum de estudio, nuevamente bajo el sello independiente B-Sirius Records. Salió el 9 de agosto de 2024, una fecha anunciada previamente por la banda, tras años sin un lanzamiento discográfico completo.
El álbum consta de nueve canciones con una duración cercana a los 47 minutos, mostrando una vez más el énfasis del grupo en atmosferas expansivas y composiciones meditativas. Aunque no se dispone de un productor externo claramente acreditado en las fuentes disponibles, la continuidad con su trabajo más reciente sugiere que la banda mantuvo un alto grado de autogestión y control creativo.
En cuanto al rendimiento comercial, «The Bound and the Infinite» alcanzó el puesto número 32 en el UK Albums Chart en la primera semana de su publicación, lo que representa una entrada moderada pero significativa para un álbum editado bajo sello independiente.