Entrevista a The Boo Radleys

Tres décadas después de un clásico del pop británico
Treinta años después de aquel estallido pop que los llevó a lo más alto, The Boo Radleys vuelven a ocupar un lugar central en la memoria musical británica. Surgidos en Wirral a finales de los 80, el grupo atravesó los primeros 90 entre capas de noise-pop, audacias shoegaze y una libertad creativa que cristalizó en Giant Steps (1993), uno de los discos más influyentes de su generación.
Pero sería en 1995 cuando la banda alcanzaría un reconocimiento masivo con Wake Up!, un álbum que expandió su paleta sonora con arreglos orquestales, armonías luminosas y un espíritu pop que los llevó a las listas, las radios y los escenarios de medio mundo. Era una época convulsa, marcada por la explosión del britpop, y aunque ellos nunca se sintieron parte de aquella etiqueta, la historia terminó por situarlos cerca de ese territorio.
Hoy, tres décadas después, Wake Up! cumple 30 años y vuelve a abrir preguntas sobre su impacto, su peso cultural y el lugar que ocupa dentro del legado británico de los 90. Sus creadores, Simon “Sice” Rowbottom y Tim Brown, lo recuerdan con una mezcla de orgullo, distancia y lucidez; no solo como un disco que cambió la percepción pública del grupo, sino como una obra atravesada por tensiones internas, ambiciones estéticas y una industria que empujaba hacia un supuesto “gran pop”.
Tras su separación a finales de los 90 y un largo silencio, The Boo Radleys regresaron inesperadamente en 2021 como trío. Desde entonces publicaron Keep On With Falling (2022) y Eight (2023), dos trabajos que revelan una banda rejuvenecida, más libre en su proceso creativo y adaptada a la realidad independiente actual, entre grabaciones caseras, giras ajustadas y una comunidad de fans que los volvió a abrazar con entusiasmo.
En este aniversario redondo, la historia vuelve a girar sobre sus canciones. Y mientras preparan un nuevo álbum fijado para 2026 —que ambos describen como lo mejor que han hecho desde su regreso—, Sice y Tim se detienen a mirar hacia atrás, evaluar el presente y proyectar el futuro.
A continuación, The Boo Radleys conversan en exclusiva con Radio Britannia sobre la memoria, las tensiones del éxito, el peso del britpop, la libertad creativa recuperada y las ganas —si la industria lo permite— de llevar finalmente su música a Sudamérica.
Mirar al pasado sin quedarse en él
– Este año marca el 30º aniversario de ‘Wake Up!’ ¿cómo se sienten ante este hito en la historia de la banda?
Simon “Sice” Rowbottom: «Treinta años parecen muchísimo tiempo. Siento como si hubiéramos grabado ese material ayer mismo. No suelo ver estas cosas como un hito; simplemente recuerdo cómo fue grabarlo, salir de gira y promocionarlo. Creo que dentro de la banda tenemos una percepción diferente a la del resto de la gente que lo observa desde afuera. Para nosotros era solo otro álbum, aunque entiendo que desde otra perspectiva pueda verse de manera distinta.»
Tim Brown: «Mirando atrás solo recuerdo cosas negativas durante la grabación y la mezcla, pero después vinieron sin duda los aspectos positivos en términos de éxito. A menudo salíamos de un álbum pensando que podríamos haberlo hecho mejor, y ‘Wake Up!’ no fue la excepción. Aunque en ese momento creí que era nuestro disco que mejor sonaba hasta entonces, gracias en buena parte a la mezcla de Al Clay. Era lo más parecido a cómo sonábamos realmente cuando grabábamos en el estudio. Fue una experiencia positiva.»
– Mirando hacia atrás, ¿qué recuerdan de la grabación de ‘Wake Up!’? ¿Cuál es el primer momento que se les viene a la mente de aquel período?
Sice: «Recuerdo el período de grabación de ‘Wake Up!’ como una etapa no demasiado feliz para mí a nivel personal, y no sé muy bien por qué. Elegí para el librito interior una foto en la que aparezco cubriéndome la cara con las manos, y eso resumía bastante cómo me sentía entonces. Creo que no tenía muy claro cuál era mi rol dentro de la banda y probablemente me sentía un poco prescindible. Recuerdo que en ese momento decidí dejar de hacer prensa. Tampoco creo que estuviera disfrutando demasiado del estilo de vida. Estar en una banda “exitosa” no era lo que yo esperaba que fuera, y me costó adaptarme.»
Tim: «Ahora soy consciente de que Rob y Sice no estaban felices. Sin embargo, egoístamente, en ese momento yo me lo estaba pasando muy bien durante la grabación, que era la parte que más disfrutaba. Así que estaba un poco ajeno a todo. Rara vez pensaba en cómo se sentían los demás, aunque sí percibía cierta tensión que fue creciendo y que culminó en ‘Kingsize’. Sentía que algunas canciones de ‘Wake Up!’ eran algo simples —aunque buenas canciones pop—, y echaba de menos algunos de los arreglos más complejos que habíamos hecho en ‘Giant Steps.’»
El ruido, el pop y las tensiones de una época
– A menudo se dice que «Wake Up Boo!» se convirtió en un verdadero “himno britpop”. ¿Cómo sienten que ese single moldeó la identidad del álbum y de la banda?
Sice: «Es extraño pensar que se haya convertido en un “himno britpop”, porque detestaba la idea de “Britpop”. No tenemos control sobre eso, así que no vale la pena preocuparse. No es que dijéramos “vamos a hacer un álbum britpop” o “vamos a hacer una canción britpop”. Para mí era solo otra canción. Buena, sí, pero otra canción más. No podemos controlar cómo se designan estas cosas ni cómo las categoriza la gente. Creo que terminó moldeando la identidad de la banda desde la perspectiva de otros, lo cual es una pena porque no es lo que somos, pero es lo que hay. No puedes cambiar lo que piensan los demás.»
Tim: «Nunca pensé que fuéramos britpop. No sentía afinidad por la música del momento, salvo quizá los Manics (que definitivamente no eran britpop), ni por las bandas asociadas a la “escena”. Y es muy difícil cambiar la percepción de la gente. Aún así, me atrevo a decir que nos beneficiamos de esa asociación. Y el éxito del single es algo reconocido por todas las personas que conocí después de la separación de la banda. Pero siempre fue una canción deliberadamente poco representativa de nuestro sonido real, así que cumplió su trabajo al darnos algo de éxito.»
– El sonido de ‘Wake Up!’ introdujo secciones de viento, armonías estilo Beach Boys y arreglos corales exuberantes. ¿Esa búsqueda de “pop perfecto” fue algo premeditado?
Sice: «No sé si apuntábamos a un pop perfecto con esa canción. Creo que sabíamos que queríamos que ‘Wake Up!’ fuera un álbum pop de 12 canciones. Por eso considero que ese disco fue un fracaso: definitivamente no es un álbum pop de 12 canciones. Hay quizá cuatro o cinco canciones pop, y el resto es ese típico material extraño que solía aparecer en los lados B de The Boo Radleys. Así que sí creo que teníamos la ambición de hacer un álbum de “gran pop”. Pero creo que fallamos.»
Tim: «Cuando volví a escuchar el álbum para un concierto en Liverpool en el que lo tocamos entero, me di cuenta de que está lejos de ser comercial, salvo por esas pocas canciones que sí lo eran. Yo no estuve en la reunión donde se decidió que iba a ser un disco lleno de canciones pop, así que nunca supe que estábamos haciendo un álbum pop. Quizá ese fue parte del problema. Definitivamente no alcanzamos el objetivo de 12 canciones de pop puro.»
– En sus primeros trabajos, The Boo Radleys se asociaban al shoegaze y al noise-pop. ¿Cuándo sintieron que era momento de alejarse de esa etiqueta y abrazar un sonido más accesible?
Sice: «No creo que jamás tomáramos decisiones conscientes respecto a eso. Simplemente tocábamos lo que nos apetecía. Y seguimos haciendo eso. Hacemos lo que nos gusta. Cuando empezamos, las bandas que nos gustaban eran Dinosaur Jr, My Bloody Valentine, Jesus and Mary Chain, Pixies… así que era natural que gravitáramos hacia esos sonidos. Pero también nos gustaba música muy diversa. Era inevitable que todo eso terminara apareciendo en nuestra música. No creo que las ideas de “accesible” o “inaccesible” tengan sentido para mí. La música es música. Cómo la recibimos depende de cada uno y de su contexto cultural.»
Tim: «Creo que el cambio de sonido fue, y sigue siendo, una progresión natural que surge del deseo de no quedarse siempre igual y buscar algo nuevo. El sonido ruidoso del principio reflejaba juventud, ira y frustración. Cuando crecimos quizá deseábamos más éxito y adaptamos el sonido. Y como efecto secundario, se volvió más accesible. ¿Quién sabe? Es un misterio.»
– ¿Hubo resistencia interna o externa ante esa transición hacia melodías más pop? ¿Cómo manejaron las expectativas de la prensa, el sello o los fans?
Sice: «Lo que recuerdo es que no solo no hubo resistencia por parte del sello hacia lo que ellos consideraban producción orientada al pop, sino que hubo un fuerte apoyo. Todas las partes del negocio —management, sello, etc.— estaban encantadas, porque su principal objetivo era meter bandas en las listas. Lo que se perdió fue una perspectiva independiente de la música; entrar en las listas y ganar dinero parecía ser la única preocupación del sello, y supongo que nosotros estábamos dispuestos a aceptar eso en parte porque también era algo que queríamos.»
Tim: «Yo estaba encantado con la idea de tener éxito. Así que seguí adelante con ello. Y, como dice Sice, creo que la discográfica (quizá más en la figura de Alan McGee) quería el éxito incluso más que nosotros. Para mí, el éxito significaba no tener que volver a trabajar en un empleo normal. A largo plazo, eso no salió bien. Nunca pude percibir lo que los demás pensaban de nosotros, y se escribió mucha basura sobre la banda por parte de gente con percepciones equivocadas de cómo funcionábamos.»
Mantener el espíritu en tiempos cambiantes
– ¿Cuál es la línea que conecta el sonido de mediados de los 90 en ‘Wake Up!’ con lo que están creando hoy? ¿Qué elementos siguen intactos y cuáles ya no los representan?
Sice: «La línea que lo conecta somos Rob, Tim y yo. Somos nosotros quienes hacemos estas cosas, así que nuestras influencias e intereses son el hilo conductor. Estaban presentes en los álbumes de los 90 y siguen estando en los álbumes de hoy.»
Tim: «Creo que trabajamos de la misma forma, aunque sin Martin, lo que cambia el resultado, más que el proceso. Y ahora que somos mayores nos preocupa menos mostrar nuestras influencias. Así que vamos a por todas para hacer lo que queremos, sin pensar demasiado en lo que otros puedan opinar. Las influencias pop —especialmente de la música sintética de los 80— pueden aparecer más ahora precisamente porque nos importa menos. Pero, por supuesto, trabajamos juntos para que la música suene como queremos. Y esperamos complacer a los fans con lo que hacemos. La gran diferencia ahora es que no tenemos dinero para hacer las cosas en un estudio, así que dependemos de la grabación casera, lo cual también es liberador.»
– Hoy vemos un renovado interés en el Britpop de los 90. ¿Cómo interpretan ese revival y qué lugar creen que ocupa ‘Wake Up!’ en ese panorama actualizado?
Sice: «¿Estamos viendo un renovado interés en el Britpop de los 90? No creo haberlo notado, pero tampoco presto mucha atención a esas cosas. La cultura y el arte siempre se han basado en revivir, reutilizar y reciclar. La gente inevitablemente necesita mirar al pasado para encontrar el camino hacia adelante. Ya tenemos 70 años de música pop y no creo que esté saliendo nada realmente nuevo. Ya no oigo nada que sienta genuinamente nuevo. Así que todo se reduce a reciclar.»
Tim: «Ese renovado interés parece estar limitado a un puñado de bandas. Aún no escucho su influencia en la música nueva. ¿Hay un resurgimiento de bandas de guitarras populares? Todavía no. Las listas siguen llenas de pop.»
– ¿Qué consejo le darían a las nuevas bandas que sienten afinidad con el espíritu del Britpop de los 90 pero deben navegar un panorama musical completamente distinto?
Sice: «Me cuesta responder porque no tengo ni idea de cuál era el “espíritu Britpop” o incluso si existió. Lo único que diría es que detestaba muchas de las cosas que vinieron con eso: el sexismo, la misoginia, el antiintelectualismo, la denigración de la diferencia, la reducción de la exploración y el nacionalismo. Eviten todo eso a toda costa.»
Tim: «La prensa inventó ese “espíritu”, yo nunca lo sentí. Pero para las nuevas bandas diría: no esperen cobrar, y así podrán ser felices. No hay dinero para las bandas nuevas; algunos multimillonarios se quedan con eso. Y las bandas nuevas tienen que trabajar muchísimo en redes sociales. Es un trabajo de tiempo completo y puede interferir con la vida normal y el propio éxito. En los viejos tiempos, todo eso lo hacían por ti.»
Volver como trío, volver distintos
– Desde su regreso como trío en 2021 han publicado ‘Keep On With Falling’ (2022) y ‘Eight’ (2023). ¿Qué los inspiró a volver y qué ha cambiado creativamente para la banda? ¿Cómo describirían la dinámica compositiva actual en comparación con los 90?
Sice: «No creo que algo en particular nos haya “inspirado” a volver. Tim y yo nos encontramos en mi fiesta de 50 cumpleaños después de mucho tiempo sin vernos. Decidimos empezar a intercambiar canciones: él quería que yo cantara en algunas de las suyas y yo quería que él trabajara en algunas de las mías. Y eso fue todo. La dinámica de composición es completamente distinta, porque en los 90 las canciones de Martin dominaban por completo. Ahora que ya no están, el resto pudimos avanzar en la composición. Aunque es algo completamente diferente, seguimos siendo tres de los cuatro músicos originales, así que hay una continuidad.»
Tim: «Sice resumió muy bien el origen. A mí me faltaba hacer música con otros. Hacer música solo es un negocio solitario. Tocar en vivo otra vez también ha sido un gran placer. Creo que ahora nos sentimos más libres para crear la música que queremos. Y me alegra volver a estar en contacto con mis antiguos compañeros y hacer algo que amamos.»
Crear en libertad: el presente creativo de la banda
– ¿Ya tienen nuevo material en mente o en proceso después de ‘Eight’? ¿Pueden compartir algo sobre su plan creativo para el futuro cercano?
Sice: «Tenemos un nuevo álbum casi listo. Está prácticamente terminado. Saldrá en mayo de 2026. Suena absolutamente brillante. Estamos encantados con cómo está evolucionando. El 2026 será un año muy ocupado: estaremos de gira y lanzaremos muchas canciones nuevas.»
Tim: «Estoy deseando que salga el nuevo disco. Tuvimos un año de descanso sin grabar, por varias circunstancias. Pero no puedo esperar a que los fans escuchen algo nuevo. Creo que es nuestro mejor trabajo hasta ahora. ¡Y habrá mucha más gira!»
– En más de 30 años como banda, ¿alguna vez surgió la posibilidad de girar por Sudamérica? Creemos que el 30º aniversario de ‘Wake Up!’ sería la excusa perfecta.
Sice: «Nunca surgió la idea de girar por Sudamérica. No creo que fuéramos especialmente populares allí. Nos encantaría tocar allá; nos encanta tocar en cualquier sitio. Nos gusta presentarnos ante gente nueva. El problema ahora para todas las bandas es que no hay dinero en la industria musical. La llegada de las plataformas de streaming ha destruido completamente la viabilidad económica de muchos músicos y bandas, y dificulta muchísimo poder salir de gira. Si eso cambia, iremos a Sudamérica sin dudarlo.»
Tim: «Nos encantaría girar por Sudamérica. Quizá algún día. Pero los trabajos de la vida real se interponen durante la mayor parte del año.»
Una banda que sigue escribiendo su propia historia
La conversación con The Boo Radleys deja una sensación clara: lejos de vivir únicamente del recuerdo, el trío atraviesa un momento de lucidez creativa que les permite revisitar su legado sin quedar atrapados en él. Entre reflexiones honestas sobre el peso de «Wake Up!», el vértigo del britpop y la libertad que encontraron en su regreso, Sice y Tim muestran una banda que aprendió a estar cómoda en su propia historia.
Su presente no depende de reproducir fórmulas, sino de explorar sin prisa un territorio que sienten nuevamente propio. Y mientras la celebración por los 30 años de su disco más emblemático abre un nuevo capítulo en la memoria británica, también anticipa lo que vendrá: un álbum proyectado para 2026 que, según ellos mismos, condensa la madurez, la química y la claridad que alcanzaron en esta etapa.
Treinta años después, The Boo Radleys no buscan repetir el pasado. Prefieren, más bien, seguir escribiendo el suyo. Y esa es quizá la mejor razón para volver a escucharlos.
